miércoles, 14 de agosto de 2013

Relato: El valor de los sueños

Fernando Conde, cuyo primer relato 'Tan cerca y tan lejos de lo anhelado' pudimos leer en abril, también participó en el concurso "Familias refugiadas en Líbano ¿Qué ves tú?" con este poema titulado 'El valor de los sueños'. 

La brisa del Mediterráneo se cuela por mi ventana 
al mismo tiempo, como si de una suave caricia se 
tratase, me despierta, 
es cálida, reconfortante y familiar.
Desnudo entre las sábanas robo minutos al día,
el sonido del mar y el amanecer de la ciudad
componen una deliciosa melodía.
El balcón es mi ventana al mundo,
mar a un lado, campos de cultivo al otro,
olivos, edificios, movimiento y un nuevo día se avecina
Mi mujer ha preparado el desayuno
Primera dosis de energía para una larga jornada.
El mercado me espera,
pero eso no es nada.
Volveré y seré la persona más feliz del mundo,
veré el atardecer, veré como el sol se esconde
Veré como una línea naranja se funde con el azul del 
mar
Veré como nuestro Dios nos bendice otro día más
“Allahu Akbar”
Me siento bien, me siento cómodo,
me siento en mi hogar
¡No! otra vez ese sueño 
¡No! otra vez el despertarme del paraíso
No consigo comprender que es ello
¿Por qué a mi?
¿Por qué Allah me hace esto?
No hay nada más duro que el anhelo
No hay nada más frustrante que la realidad
No hay nada más cruel que soñar en el infierno.
A mis diecisiete años de cautiverio
le sumo una vida paralela de ensoñación.
Otra vez esa ciudad y esas vistas en mis sueños.
Es la imaginación un motor muy poderoso
capaz de derrumbar y alzar hombres.
Nunca he visto esa casa
Nunca me he casado,
nunca he salido de este campo de refugiados,
nunca he deseado otro día,
nunca he gozado de un nuevo amanecer.
Los más viejos del lugar
lo reconocen, es Dayr Al Balah.
¿Pero cómo puedo yo conocerla? 
¿Cómo puedo yo describirla con tal perfección?
No llego a comprender cómo la oscuridad que me rodea
La rutina, lo anodino, lo precario, el odio, la
pesadumbre, el dolor, el pasado, el presente y el futuro,
la frustración, el infortunio, la desesperanza y el 
rechazo
permiten que sean derrotados por mi imaginación.
Capacidad transformadora sin límite:
Brisa por sequía asfixiante y dolorosa
Olivos por tierras inhóspitas 
Casas por escombros, hierros y alambradas
Movimiento por caos y masificación 
Vecinos por libaneses
Hogar por… cárcel.
Que maravillosa es la mente
Ahora me doy cuenta, soy consciente,
cuento con el arma más poderosa
Me está ofreciendo el don de la esperanza
¿Quién soy yo para rechazarlo?
Nunca dejaré de soñar 
si eso me ayuda a seguir emocionalmente vivo
Conectado con mi pasado,
con mi presente y con mi futuro
Llegará un día que disfrutaré de esas vistas,
de esa vida, de ese hogar,
ese día no estaré soñando
ese día todo tendrá sentido, 
ese día, finalmente,
dejaré de soñar.

¡Gracias, Fernando!

[Esta no es una publicación de RESCATE. El contenido de este relato pertenece al autor del mismo. ONG RESCATE no es responsable ni tiene por qué estar necesariamente de acuerdo con el contenido.]


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